viernes, junio 03, 2005

Boca arriba

"Todo tenía su número y su fin, y él estaba dentro del tiempo sagrado, del otro lado de los cazadores"






A veces tengo sueños tan lúcidos que puedo pasar mucho tiempo con las sensaciones provocadas por alguno. A mi me gusta esa curiosidad espacio-tiempo que me tiene horas pensando en que, tal vez, yo vivo más atrasada o adelantada según la situación que esté experimentando.

Anoche soñé algo realmente asqueroso: Era un futuro, pero cercano, unos meses, algo así. Mi amiga y yo (no estoy segura si era la Ro o la Sanyai) caminábamos por una calle que tenía muchos cafés y librerías, todas con ventanles muy amplios y muy iluminadas. De pronto, uno de esos ventanales era una casa, como la famosa "casa de vidrio" y uno podía ver todo lo que pasaba adentro. Y la visión era espeluznante.

Ahí estaba un tipo, sentado en una especie de sillón, que por algún motivo no revelado en el sueño se había convertido en obeso mórbido, tanto que no podía pararse de ese sillón y ahí dormía, ahí comía, incluso hacía sus necesidades por un tubo q le conecataban (asco!), bueno, la versión masculina de la mamá del Gilbert Grape. Estaba rodeado de mucha gente, algunas eran como enfermeras que le levantaban los brazos, otros como turistas que se sacaban fotos con él, era muy raro todo, era casi como una muestra de arte MUY alternativa.

-oye mira, que ese no es Juanito de los Palotes???
-no cacho, si no lo conozco.
-pero si yo te conté pues!!
-aaah!! este es el famoso Juanito???
-pero no era así cuando lo conocí pues!!

Entramos a la casa-café-vidrio-freakshow y a medida que me acercaba, Juanito me miraba con cero expresión. Tenía un aspecto muy triste, pero parecía no importarle nada de lo que pasaba a su alrededor, que era mucho, porque la gente se paraba a su lado para tomarse fotos, se reían, tomaban cerveza, fumaban, y Juanito ahí, con su mirada en el horizonte.

Tuve que ponerme muy cerca de él para darme cuenta que efectivamente era Juanito! y lo peor era que de él salía una hediondez espantosa, producto de sus fluídos que se juntaban en unos bidones especiales q las enfermeras iban cambiando.

Considerando el olor repugnante, mi amiga y yo salíamos como arrancando de la casa rara, y afuera ella me preguntaba:

-y te saludó siquiera?
-no, yo creo que ni me reconoció.
-menos mal.

Lo más curioso de todo esto, es que efectivamente he estado con una sensación muy rara todo el día, me recordó el cuento "La noche boca arriba", y ahora pienso que tal vez mi sueño tuvo algo de realidad, porque ese olor putrefacto lo tengo demasiado pegado, y es como deben oler los cadáveres en descomposición, gaseosos, chorreando fluidos por los oídos, la boca, puaj. Asqueroso.